Las Madres hemos recorrido un largo camino que se inicia un 30 de abril de 1977, en plena dictadura militar, a instancias de Azucena Villaflor de De Vincenti, cuando catorce mujeres hacen pública la desaparición forzada de sus hijos a través del accionar genocida del terrorismo de Estado.

viernes, 4 de octubre de 2013

Documento leido 21 de Septiembre del 2013 en la Jornada "LA JUVENTUD DEBATE: NUESTRA GENERACION Y LOS DERECHOS HUMANOS"


Documento leido por nuestras compañeras Vera Jarach y Enriqueta Maroni en representación de Madres de Plaza de Mayo Línea fundadoras , dentro del marco de la Jornada “La Juventud debate: Nuestra Generación y los derechos humanos”,  realizada en el espacio de memoria de la ex ESMA

La existencia de Madres supone la ausencia de nuestros hijos detenidos-desaparecidos. En esta paradoja de presencia y ausencia es bueno preguntarnos: ¿Quiénes eran nuestros hijos detenidos desaparecidos?
Eran militantes políticos y sociales, que tenían un proyecto personal de vida y también un proyecto colectivo dentro de las organizaciones que se habían formado, cada uno eligió la que mejor correspondía a sus ideales. Algunas madres conocían esa militancia, otras la fuimos descubriendo.
A través de los sobrevivientes, nos enteramos de la existencia de los centros clandestinos de detención y el horror allí vivido. Los genocidas les borraron su identidad a partir de Videla, cuando dice: “No son, no están, no tienen identidad. “Son desaparecidos”. También cuando fueron una letra y un número. Entonces había que hacerlos visibles; aparecen las pancartas, las siluetas que nos permitieron mostrar sus rostros y sus nombres.

Ellos, nuestros hijos, repudiaron el golpe de estado del 76 y se unieron a los movimientos de liberación de toda América Latina.

En su mayoría, los detenidos desaparecidos nacieron con la Revolución del 55, crecieron con la proscripción del peronismo y el fragor de las luchas sociales que cuestionaban al sistema capitalista: el Mayo francés, Vietnam, la Revolución Cubana, el Cordobazo, todas las luchas que daban esperanza de que otro país y otro mundo eran posibles. Fueron seres humanos, con aciertos y errores, pero caracterizados por la solidaridad, el compromiso y la entrega.

Buscando a nuestros hijos, las Madres de Plaza de Mayo fuimos conociendo los problemas sociales. Durante largos años, nos acompañaron diversas consignas que expresaron y expresan nuestra lucha y accionar: “Aparición con Vida”, “Memoria Verdad y Justicia” y la última “Solidaridad y Compromiso social”, que se relaciona con la militancia política y social de nuestros hijos y es el reconocimiento de los detenidos-desaparecidos como sujetos activos que lucharon por cambiar el modelo de sociedad.

A partir de la última consigna, las Madres comenzamos a pensar en actividades sociales. La primera de ellas fue: “Proyecto 30”, en la villa 31 y 31 bis, que fue subvencionado por el  Ayuntamiento de Barcelona y consistía en la realización de diversos talleres: Música, Artesanía, Juegos, Teatro, etc., dictados por personas jóvenes. Este proyecto duró cuatro años.

Actualmente, estamos trabajando también con talleres en los Institutos de Menores, como en el San Martín, en el Belgrano y en el Rocca, mediante el convenio con la Secretaría del Menor, Adolescencia y Familia. Este proyecto está subvencionado por el ministerio de Desarrollo Social.

Además, la labor actual de Madres se realiza en el predio de la ex ESMA, en el edificio otorgado por el Gobierno Nacional y cuyo nombre es  “Casa de Nuestros Hijos, La Vida y La esperanza”. Allí funciona la Tecnicatura Popular de Música, que es un sueño pensado por las Madres desde hace cuatro años y en donde se unen: el proyecto “Música Esperanza”, con Miguel Angel Estrella y Esther Córdoba, La Universidad de  Arte de La Plata, el Ministerio de Educación de la Nación y las Madres de Plaza de mayo Línea Fundadora. La coordinadora, Fátima, esposa del fallecido Patricio Rice, anima y vigoriza este proyecto con una entrega realmente elogiable. El título emitido por la Tecnicatura Popular de Música es oficial. Tal proyecto es el que nos va a trascender y el legado que las Madres de Plaza de mayo, Línea Fundadora dejaremos a las futuras generaciones.
El edificio, como el resto de los edificios del “Espacio Memoria y Derechos Humanos” (ex ESMA) son construidos por las Cooperativas del programa “Argentina Trabaja”, del Ministerio de Desarrollo Social. Llama la atención la cantidad de mujeres con sus cascos blancos que integran el plantel de operarios y que, previamente a su trabajo, realizan los cursos de capacitación con arquitectos e ingenieros de la UBA, convocados para tal fin.

Llegar hoy a ese Espacio es ver personas, la mayoría jóvenes realizando distintas actividades, personas que no quieren olvidar la historia del lugar, que saben que el corazón de este predio es el “Sitio de Memoria”, (Casino de oficiales), pero que también entienden que los detenidos-desaparecidos son los verdaderos actores de la Memoria y quieren ser recordados como lo que fueron: “Seres Vivos”. Este lugar de horror y muerte se está transformando en un lugar de “celebración de la vida”. Como dice el Subcomandante Marcos: “La memoria funda siempre el mañana y es la guía que tiene el corazón para que el pasado no vuelva”. Una memoria no sólo para recordar sino para crear un compromiso, una acción capaz de convertir el horror del pasado en un presente y en un futuro de vida, para la vida.